Experiencias extremas

Dos trucos para intentar sobrevivir a la crisis de los treinta

Dos. Qué rácana ¿no? Si tuviese más, creedme que los compartiría. La crisis de los 30 (o del cuarto de siglo que también lo llaman) es como una versión mastodóntica de los propósitos de año nuevo. Como no vivimos en un drama existencial indie, no tenemos ese momento revelación al toparte con una carta a mi futuro yo escrita a los 19 años; sin embargo, esa versión pasada de ti mismo te acecha cual fantasma insistente. Llega un punto en el que no hay escapatoria; miras por encima del hombro y ahí está echándote una mirada aviesa desde la ventana cual vieja del visillo.

¿Por qué no se han hecho pelis de miedo con esto? Tantas niñas violadas y muertas a manos de señores calvos que aún viven con sus madres, pero ¿por qué no la representación física de los fantasmas del pasado? Pero literal, nada de alegorías. En lugar de frases crípticas incongruentes podría susurrar al oído todas esas metas y expectativas que teníamos para el comienzo de la edad adulta. No hay vejiga que aguante eso.

Edad adulta. Tiemblo más que las hienas con Mufasa. No quiero parecer alarmista pero ¡los siguientes son los CUARENTA! De repente, lo que era una carrera de fondo se ha convertido en un sprint hacia lo que quiero hacer con mi vida; todo esto con mi yo del pasado y el yo que querría haber sido habitando a la vez en mi cabeza, formando un guirigay que ni Sálvame Deluxe. Podría ser peor, si fuese un personaje de Stephenie Meyer estaría viviendo la inquietante secuela de ‘La Huésped’, un affaire a tres bandas conmigo misma. Si la haces película, quiero mi parte, Stef.

Haz Tops 5 con tu vida

¿Recordáis a John Cusack en ‘Alta Fidelidad’? Pues esa es la idea. Tras dejarlo con su novia, hace una lista cronológica de las rupturas más dolorosas de su historia; y se da cuenta de que todas son una versión evolucionada de cuando, con 11 años, pilló a su ligue de 5 horas morreándose con otro. Ya se sabe que en las películas aprenden mucho de todo con gran facilidad, y su personaje exprime lecciones de vida de cada ruptura, se bebe el zumo y se enfrenta a la madurez.

Pero como en la vida real nadie nos guioniza nuestro aprendizaje vital, vamos a favorecerlo haciendo lo mismo pero en positivo. Listas de metas alcanzadas (aunque sean pequeñitas), lista de decisiones que no lo parecían pero han acabado ser positivas… Y si el monstruo de la comparación acecha (¡Mira dónde está y tiene MI EDAD!), una lista de logros que nos enorgullezcan siempre viene bien. El consejo viene con un aviso en la etiqueta de atrás: no empieces un Top 5 si en el fondo sabes que no vas a pasar de tres, será peor el remedio que la enfermedad; ya he cometido yo el error por vosotros.

Contrarresta el soñar despierto con películas sobre gente en crisis

Cada día me imagino un escenario distinto. Dejarlo todo a lo loco y viajar, irme con lo puesto a perseguir eso que ya debería haber perseguido, salir de mi confortable rutina y participar activamente en mi camino hacia la auto-realización (¿en qué clase de predicadora de palo me estoy convirtiendo?). Lo mejor para contrarrestar los impulsos e inyectarles algo de sangre fría –que una locura no viene mal pero bienvenido a los 30, cuando sabes que debes pensarlo con más calma- y la vuelta a la tortilla.

¿Y si me marcho a Nueva York en plan American Dream y acabo empapada de cerveza bailando sobre la barra de un bar a lo ‘El Bar Coyote’? O lo que es peor, ¿y si saco una lección vital de ello? Otros quieren huir de la civilización, ponerse en modo moderno vegano y reconciliarse con la Madre Tierra. El plan ‘Hacia rutas salvajes’ y la consonancia con la naturaleza suena über interesante y profundo hasta que ves las desventuras de Emile Hirsch, un tirillas que en la realidad no aguantaría ni medio asalto.

La esencia de la crisis en una sola secuencia. Una piscina, una colchoneta negra y una canción que habla del sonido del silencio

La edad adulta (Ay, juro que somatizo el dolor cuando lo escribo) supone encontrar tu verdadera identidad; ya no se tontea, ya no está dibujada con cosas como las notas, tu carrera, tu primer trabajo, no. Ahora es TU VIDA (Ay; el universo está jugando con mi muñeco vudú). F R A C A S O está escrito en letras gigantes destroza-edificios; no en vano es uno de los argumentos narrativos más recurrentes en cine y televisión. ‘Reality Bites’ es una pequeña joya noventera sobre un puñado de tiraos que os enseñará que no estáis solos en ese devastador descubrimiento que es reconocer que el mundo no os debe nada. Vale que Claire Danes en ‘Es mi vida’ es una mosquita muerta de instituto y sus dramas nos pillan algo lejos, pero puede ser una gran inspiración para el versus clave esta crisis: ser quien eres, ser quien te gustaría ser o ser lo que los demás esperan que seas.

Lo bueno del cine es que su cualidad de ficción juega a tu favor; si una experiencia cinematográfica te inspira, te ayuda o te da perspectiva en algún aspecto de tu vida, minipunto para ti. El No ya lo tenías. Y si la lección que aprendes no te conviene, tranqui: es ficción. ¿Recomendable actitud? Seguramente no. ¿Práctico? Mazo. Por cierto, cuidado con recuperar coletillas de tu adolescencia, es una tentación igual de poco recomendable que enrollarte con un yogurín para sentirte joven. O con una cougar. ‘The Lifeguard’ y ‘El Graduado’ son dos películas que ilustrarán las desventajas que ello conlleva. También podéis añadir los dos títulos como director de Josh Radnor, que es un treintañero en busca de la identidad que toca todos estos temas en ambas (e interesantes) películas.

En fin. El mejor consejo que os puedo dar y al que he llegado a la conclusión durante todos estos meses es que os deis cuenta de que no estáis solos. Es muy fácil pensar que la vida ha de ser Hakuna Matata, que no debemos presionarnos tanto a nosotros mismos, pero llevarlo a cabo es otra cosa. Si lo consigo, os aviso; pero hasta entonces, sabed que otros están pasando por lo mismo; compartid visiones y NO LEÁIS artículos en internet. Con una técnica para la estadística estilo Homer Simpson, os puedo decir que el 85% os pondrán aún peor. Sobre todo si sois mujeres y no soportáis el tono japiflagüers de los anuncios de compresas. Paciencia.

Y si no, siempre podéis consolaros pensando en que no son los cuarenta. Aún.

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Comentarios

  1. Comentario by Manuel - septiembre 24, 2013 03:33 am

    Estoy en plena efervescencia estival,en el ecuador de ésta década tan ambigua y aún sigo meditando sobre mi VIDA. Mientras tanto, me planteo dos cosas; o no hacer nada y seguir el inescrutable paso del tiempo, o igualmente seguir el paso del tiempo, pero haciendo algo. Para el caso…el fin va a ser el mismo, o casi.
    Así que elijo hacer algo…ahora que, me costarán otros años decidir el qué, y cuando llegue ese momento…. tendré cuarenta…y seré cuarentón, que aún peor, aún siendo lo mismo.
    Que lío esto de cumplir…años.
    Al menos, ya se, que no estoy solo ;)

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    1. Comentario by Adriana - septiembre 26, 2013 06:50 pm

      Eso es lo mejor para sobrellevar este tipo de crisis existenciales: saber que no estás solo ;) Ánimo!

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