Experiencias inolvidables

Peregrino por la Vía Francígena 3: a Reims entre tumbas de soldados

Tumbas sudafricanas en FranciaEn las granjas, los granjeros se levantan antes que los pollos, para hacer café a los peregrinos. Y la niebla, da de nuevo los buenos días. Al entrar en Divion encuentro una pista gracias a Robert Desnos: “El tiempo nos presiona. Cantad a vuestra juventud. Cantad a vuestra libertad”. Y de nuevo en la calzada romana, ya sobre el barro, pienso que las vacas me miran demasiado profundamente cuando paso a su lado. Y que es curioso cómo en un barrio de mineros, la principal calle recuerda a Pablo Neruda.

Me pareció ver a otro peregrino de la Vía Francígena alguien allá por Thérouanne. Pero bien por la niebla, bien por un brioche avec chocolat que una panadera de grandes pechos me vendió le perdí enseguida. Seguí mi camino por la calzada trazada por Julio César con la intención de conquistar la pérfida Albión. D341 o Chaussée Brunehaut se llama la línea recta que me llevará a Arras pasando por Auchy au Bois donde en el Café du Vert Dragon, un señor de 93 años y pegado a un bigote me dijo que siguiera andando, tal y como hizo él cuando huyó de los nazis a pie hasta Portugal.

Raúl Santiago Goñi es periodista. Por el mundo se le conoce por sus aventuras laborales: diseñador de periódicos en el Caribe, redactor de proyectos de cooperación internacional, profesor de adolescentes y de universitarios en diferentes Universidades españolas y Latinoamericanas, creador de proyectos web y community manager… Por las redes se le conoce como MOVIMIENTO LÍQUIDO, el que es su último pero no definitivo proyecto viajero. Podéis encontrarle en twitter como @movliquido

No vi enemigos en Francia y sí muchos cementerios de soldados

No vi ningún turista en algunos de los cementerios militares que pueblan el norte de Francia. Y todavía no sé si eso es bueno o malo. Sin embargo el espíritu de esos millares de soldados muertos en los campos de Francia, me acompañaron a lo largo de mil kilómetros. En las regiones de Nord Pas de Calais, Picardie y Champagne (no tanto Franche Comté) las tumbas de miles y miles de soldados, jóvenes en su mayoría, de diversas nacionalidades, pueblan los paisajes, las llanuras entre el cereal, la remolacha y la niebla. Jóvenes que hartos de barro y alcohol del malo, lucharon hasta la muerte por unas patrias que hacían de ellos cuerpos alienados por el nacionalismo salvaje.

Llama la atención cómo a lo largo de estos más de dos mil kilómetros el recuerdo de la lucha fraticida europea está más que presente. Sin embargo el peregrino lo que descubre es hospitalidad, fraternidad y humanidad sin importar la nacionalidad a lo largo de esta columna europea que representa la Vía Francígena. Y es que es difícil ocultar las cicatrices que dos guerras originadas por los alemanes, han causado entre los casi aburridos pueblecitos (sin bar) de la “douce France”.

Mi pie derecho llora en silencio. Y a falta de polenta le doy pocos kilómetros, los que me llevan a Arras por la carretera de Amiens. La siguiente pista la encontraré en la Casa Diocesana de Arras a la que llego gracias a un buen samaritano que a pie me lleva hasta la misma puerta. Me vuelvo a adelantar a Federico y Giovanni a quienes encuentro perdidos en la Place des Hèros de Arras. O ellos me encuentran a mí para comer un bocadillo de salchichas antes de comprobar en la Oficina de Turismo que el cura de la parroquia de Bapaume (a 30 kilómetros) sufre de mala leche y no acoge a más peregrinos. Los italianos vuelven a acompañarme. Harto de campo gris busco gente. Harto de tráfico, espero que mañana llegue rápido mientras escribo. Y pienso, cosa que empieza a ser tan habitual como las ampollas.

Mapa de la Via Francigena

El verdadero peregrino que encontré resultó ser un vagabundo

No esperaba la llamada imprevista del bombero francés que gracias al couchsurfing conocí esa misma mañana, en Arras. Tampoco sabía que de alguna manera él iba a ser el comienzo de una cadena de acontecimientos que todavía a día de hoy no han terminado. La otra señal me la metió en la mochila Hervé, el cura francés que fue expulsado de Chiapas por revolucionario y que me recordó que el Cristianismo más verdadero es el de base. No importa demasiado hablar de las maravillas del paisaje fresco de la Picardie francesa, del rio la Somme, del bosque de Saint Gobain, de sus antiguas abadías monacales, de su queso…

Tampoco le importa demasiado a Christe (Philippe), el vagabundo que con sus tatuajes en los brazos y dos experiencias de muerte en su propia alma viaja por toda Francia con un solo libro: “El cura de Ars”. El mismo vagabundo que golpeó mi conciencia en Péronne, cuando me preguntó porqué yo le estaba juzgando. Christe aseguró ver a los ángeles el día que él murió por segunda vez. Y eso me preocupó cuando lo volví a ver por casualidad a la entrada de Vermand, camino del pequeño y austero monasterio de las Hermanas Clarisas.

Canal por la Picardie francesa

A pesar de los recuerdos, el camino sigue…

Alguien me dijo que con los días el camino iría cobrando más presencia. Y menos importancia lo demás. Sin embargo es potente la impresión cuando pasas de un estado de soledad a desenvolverte entre un puñado de gente nueva. Pensé cómo para algunas personas es difícil vivir, cuando tienes fibromialgia y sin embargo decides ir a pie desde tu casa en Francia hasta Jerusalén y ya, de paso, seguir por el Magreb hasta tu casa. Y pensé que nadie quiere ser vagabundo y sin embargo lo somos.

Dormir en Verzy en el suelo puede resultar duro. O aguantar toda una tormenta por los antiguamente conocidos como románticos canales franceses. Pero no lo es en absoluto darte cuenta de que el camino ya forma parte de ti casi sin querer y que éste forma parte de tu rutina. Que el no saber donde vas a dormir en medio de la Europa Occidental, forma parte de una liturgia de prejuicios y de miedos que sin saber cómo, caen derrotados a media tarde cuando te diriges, ya con paso lento hacia tu nueva cama. Y que sin saber cómo, duermes con el estómago lleno no sólo de nuevas y diferente comidas, sino de nuevas almas que se han cruzado en el camino. Y así llegué a Reims.

Tumbas de soldados desconocidos en Francia

En 1001 Experiencias | Peregrino por la Vía Francígena 1: de Canterbury a Calais
En 1001 Experiencias | Peregrino por la Vía Francígena 2: de Calais a Amettes entre la niebla

Comentarios

  1. Comentario by Peregrino por la Vía Francígena 5: presos con monjas en Clairvaux - noviembre 23, 2012 11:25 am

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  2. Comentario by CarWarez.Com » Peregrino por la Vía Francígena 5: presos con monjas en Clairvaux - noviembre 23, 2012 11:57 am

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