Experiencias míticas

Goles fantasma: ¿la bola entró?

Gol fantasma de Míchel

En el próximo Mundial de Brasil la FIFA instaurará, por primera vez en un campeonato de estas características, un sistema para evitar los goles fantasma. Se trata de un sensor que, colocado en el arco, señala con exactitud si el balón ha traspasado por completo la línea, requisito para que se considere gol. El fútbol, refractario siempre a la incorporación de la tecnología, da así un pequeño paso para descargar de responsabilidad al árbitro y terminar con su omnipotencia. El dispositivo, que ya fue probado durante la pasada Copa Confederaciones y se está utilizando en el Mundial de clubes que se disputa durante estos días en Marruecos, borrará cualquier incertidumbre. Si el invento prospera, ya no habrá más jugadas dudosas. Ya no habrá futbolistas que se dirijan al árbitro emulando a John McEnroe en el mítico anuncio: “¡La bola entró!”.

Geoff Hurst contra Alemania (Mundial 1966)

Por el escenario en el que se produjo, el de Geoffrey Hurst es sin duda el gol fantasma más célebre de la historia. Alemania e Inglaterra disputaban en Wembley la prórroga de la final del Mundial 66 cuando Hurst soltó un derechazo que se estrelló en el larguero de la portería de Tilkowski y botó en el césped, muy próximo a la línea. El árbitro, el suizo Gottfried Dienst, titubeó durante unos momentos, pero terminó concediendo gol, siguiendo las indicaciones de su juez de línea, el soviético Bakhramov. De nada sirvieron las protestas de los alemanes. Inglaterra ganó aquel Mundial gracias al polémico gol.

La repetición televisiva no sirve para despejar las dudas, aunque parece que el balón no rebasa totalmente la línea. El misterio se desveló en 1996, cuando un grupo de investigadores del departamento de ingeniería de la Universidad de Oxford estudió el caso, llegando a la conclusión de que el balón no llegó a entrar por 6 centímetros.

Míchel contra Brasil (Mundial 1986)

España debutaba en el Mundial de México 86 con la mochila cargada de ilusiones, como siempre en aquellos tiempos. Enfrente estaba la Brasil de Sócrates y Careca, un equipo que había maravillado al mundo cuatro años antes, en el Mundial de España, a pesar de caer en la fase de cuartos tras perder contra Italia. Con el marcador sin goles, Michel empalmó un zapatazo desde fuera del área que botó claramente dentro de la portería después de golpear el larguero. Sin embargo, Chris Bambridge, el árbitro australiano, no lo apreció así y el tanto no subió al marcador.

Brasil ganó el partido, pero España terminó clasificándose para la siguiente fase. Los lamentos por el gol fantasma quedaron ahogados por la orgía de goles de Butragueño en Querétaro. Después vino el penalti de Eloy. Nos fuimos a casa en cuartos, como siempre en aquellos tiempos, y Míchel tuvo que esperar cuatro años para gritar aquello de “me lo merezco”.

Thomas Helmer contra el Nuremberg (Bundesliga 1993/94)

El de Thomas Helmer es uno de los goles fantasmas más insólitos de la historia. Ocurrió en un partido de Bundesliga entre el Bayern y el Nuremberg, con los primeros jugándose el título. Tras un saque de corner desde la derecha, Helmer recibió el balón en el segundo palo. Sólo tenía que empujar la pelota dentro de la portería, pero se embarulló y la pelota terminó fuera. Sin embargo, el árbitro, a instancias del juez de línea, señaló gol, para sorpresa de todos los presentes, incluido el propio Helmer, que comenzó a celebrar con júbilo el tanto.

El Bayern ganó el partido, pero el Nuremberg protestó y la Federación decidió que se volviera a jugar. En la repetición el Bayern volvió a ganar, esta vez por goleada: 5-0.

Frank Lampard contra Alemania (Mundial 2010)

Si la venganza, como dicen, es un plato que se sirve frío, la de Alemania llegó gélida. 44 años después del (no) gol de Hurst, las mismas selecciones protagonizaron una jugada similar, aunque con desenlace muy diferente. También fue en un Mundial, el de 2010, pero esta vez en octavos de final. Un balonazo lejano de Lampard golpeó en el larguero de la portería de Neuer y botó dentro de la portería. Si en el caso de Hurst hubo que esperar décadas para que una investigación ingenieril determinara que la pelota no había entrado, para el tiro de Lampard no hizo falta tanto. Bastaba con haber visto en directo la jugada para tener una razonable convicción de que el balón había botado dentro. La repetición deja claro que prácticamente un metro separa el lugar donde cae el balón de la línea de gol.

El resultado en ese momento era de 2-1 e Inglaterra apretaba, buscando el empate. El 4-1 final mandó a los ingleses a casa.

Marko Devic contra Inglaterra (Euro 2012)

Para evitar fallos tan obscenos como el de Lampard, se decretó la presencia de jueces de gol en ambas porterías, algo que ya se venía ensayando en la Europa League. Su posición privilegiada junto al arco les proporciona una visión clara de la línea de gol. Difícilmente se les podía escapar una jugada clara. Sin embargo, el error volvió a aparecer en la Eurocopa de 2012. Inglaterra y la anfitriona Ucrania jugaban el último partido de la fase de grupos. Un disparo de Devic fue sacado de debajo de los palos por John Terry, pero era evidente que la pelota ya había rebasado la línea de gol. Sin embargo, ni el árbitro ni ninguno de sus cuatro asistentes fue capaz de acertar con la decisión. Las cámaras enfocaban al juez de fondo, que se mantenía impertérrito, tragando saliva. Inglaterra ganó por 1-0 y Ucrania quedó fuera de la Eurocopa.

Kiessling al Hoffenheim (Bundesliga 2013/14)

El balón, botado desde la esquina, llegó hasta Stefan Kiessling, que saltó y, libre de marca, cabeceó hacia la portería, pero el balón salió fuera. El rematador se dio la vuelta, con las manos en la cara, lamentándose por su error. Sin embargo, al volverse se encontró con una sorpresa: el árbitro había concedido gol y sus compañeros corrían a abrazarse con él. La cara del rematador reflejaba perplejidad más que ninguna otra cosa.

Probablemente el de Kiessling sea el gol fantasma más extraño de todos. La pelota pasó a una considerable distancia del poste, rebotó en los paneles publicitarios colocados tras la portería, se coló por un hueco de la red y salió del arco atravesando la línea de puerta. La bola nunca llegó a entrar, pero sí a salir, lo que confundió al árbitro. Sucedió el pasado mes de octubre, en un partido de Bundesliga entre Bayer Leverkusen y Hoffenheim. El Bayer ganó 1-2. Esta vez la Federación Alemana rechazó la reclamación del Hoffenheim, al considerar que el árbitro no se había equivocado al aplicar el reglamento, sino que había cometido un error de apreciación.

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Comentarios

  1. Comentario by Fútbol y Navidad: villancicos, gorros de Papá Noel y superhéroes - 1001 Experiencias - Men Expert de L'Oréal - diciembre 24, 2013 03:47 pm

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