Experiencias míticas

Gordon Freeman, el héroe con el que aún no se ha atrevido la industria del cine

Y demos gracias de que así haya sido. Los que nos adentramos en el mundo de los videojuegos en el momento de mayor pujanza de los FPS y quedamos prendados de una historia en el que un humano insignificante en lo físico pero con un gran cerebro era capaz de usar puntería, ingenio y ‘fuerza bruta’ para salvarnos de una invasión extraterrestre orquestada por un personaje enigmático que parecía pertenecer a una corporación gubernamental, no perdonaríamos una utilización del héroe, nuestro héroe, en un ámbito alejado al mundo del videojuego.

Todos tenemos constancia de la gran cantidad de historias con un alto potencial en lo contextual y narrativo que han sido ya no maltratadas, sino denigradas por parte del celuloide. Masacradas historias de alto impacto generacional como Max Payne, Hitman o Street Fighter, la vida de Gordon Freeman, la historia del personaje que permitió a la industria del videojuego dar el salto a la ficción adulta y nos permitió a muchos decir con orgullo que éramos gamers, es poco menos que una reliquia sagrada ante la que cualquier intento de adaptación sería poco menos que un sacrilegio.

Probablemente los más jóvenes de lugar no comprendáis la importancia que los veteranos en el mundo del videojuego le damos a la figura de Gordon Freeman. Posteriormente alcanzarían la fama personajes como Solid Snake (aunque nació antes que nuestro protagonista), Nathan Drake o Kratos, pero el más carismático de todos a pesar de no pronunciar una sola palabra, el más valiente de todos a pesar de no ser más que un nerd y el más letal de todos a pesar de ir armado solamente con una palanca, es, sin lugar a dudas, Gordon Freeman. ¿Que no os lo creéis? Mocosos insolentes. Venid, que vamos sus dos principales epopeyas.

‘Salvando’ al mundo de una invasión extraterrestre

Imaginaos que los lustros encerrados en la biblioteca de la universidad os acaban convirtiendo en doctor en física gracias a una tesis basada en el teletransporte de objetos. Imaginaos que el eco de vuestro gran trabajo como investigador os lleva a ser contratados por el Centro de Investigación y Desarrollo Black Mesa para trabajar en una operación hipersecreta que es aparentemente inofensiva e incluso rutinaria. Imaginaos que en vuestro primer día de trabajo os acaban utilizando, siendo unos expertos en física experimental, simplemente para mover una carreta para transportar un material que debe entrar en contacto con un rayo de cuyas características nadie os ha informado lo más mínimo. Imaginaos que ese, vuestro primer día de trabajo, se acaba convirtiendo en el peor día de vuestra vida.

Porque lo que aparentemente era un ejercicio de lo más rutinario, acabaría desembocando en una vorágine de eventos que cambiarían la vida de Gordon Freeman por completo, teniendo que adaptarse a unas condiciones extremas solamente con el fin de lograr salir de de ese embrollo, y todo ello sin saber que su batalla por sobrevivir ‘no era más’ que una batalla por salvar a la humanidad de una invasión alienígena (al menos aparentemente).

Sus compañeros de trabajo convertidos en una especie de zombies andantes por culpa de un parásito alienígena, inmensos ‘mutantes’ surgidos quien sabe si tras experimentos secretos o como consecuencia de la apertura de la puerta interdimensional, un ataque por parte del ejército con el fin de acabar con todo ser viviente y tapar todo lo sucedido y un viaje final al mundo extraterrestre (Xen) para enfrentarse a un enigmático enemigo. Éstos son algunos de los eventos a los que Gordon tiene que hacer frente en su primer día de trabajo. Y sin embargo, esto no es más que el principio, y el resto sería aún más sorprendente.

El apellido de Gordon adquiere su verdadera dimensión

Y es que lo que aparentemente terminaba tras derrotar al imponente Nihilanth tendría su continuación unos 20 años después, mostrándose ante los ojos de Gordon Freeman un planeta Tierra radicalmente distinto al que el científico conoció antes de ser criogenizado. Desconocedor de que su victoria en los eventos desarrollados en Black Mesa no había servido para nada más que atraer la vista de los Combine hacia la tierra, tras ser despertado e introducido entre la masa de ‘esclavos’ supervivientes al ataque de la Alianza, el otrora científico vería como sus hazañas pasadas no habrían quedado en el olvido y se vería erigido en una especie de libertador, obligado a encabezar una rebelión a la que iría conociendo sobre la marcha.

Y todo esto, sin que el propio Gordon Freeman tenga la menor posibilidad de elegir el papel que quiere jugar o de al menos plantearse la verdadera causa de lo acontecido. Gordon Freeman vería como, sin poder remediarlo, se convertiría en el líder de la Resistencia, contando a su lado con el apoyo de algunos viejos compañeros y la inestimable ayuda de sus anteriores enemigos, los Xen, los cuales se vieron trasladados a la Tierra en su huída tras los ataques de los invasores y esclavistas Combine. Eli Vance y su hija Alix jugarían un papel fundamental en esta historia, primero como los cicerones de un Freeman totalmente desubicado y luego como líderes de un levantamiento de la humanidad por lograr su libertad de la mano de los aparentemente pequeños avances del líder en, primero su huída para no caer en manos de la Alianza y, posteriormente, su infiltración en una de las ciudadelas con el fin de rescatar a un secuestrado Eli Vance, pasos éstos que le ayudarían a comprender realmente la magnitud de sus acciones y la creciente importancia de su figura como eje dinamizador de una esperanza que la humanidad va recuperando conforme avanza en su aventura.

En su recorrido huyendo de la Alianza y luego enfrentándose a ella como líder de la Resistencia, Gordon Freeman conocería los verdaderos estragos de la invasión de una civilización que tenía como fin esclavizar a la humanidad para después utilizarla con el objetivo de realizar experimentos genéticos con ella para crear al soldado definitivo en su intención de conquistar todo el universo. Movido por el espíritu de supervivencia puesto en juego en su primera aventura y la asunción de la importancia que su figura suponía para la humanidad, Freeman no deja en ningún momento de ser un científico que extrae su fuerza de necesidades tan básicas como las citadas y de ciertas ayudas tecnológicas, demostrando por enésima vez que la heroicidad ya no depende de condiciones sobrenaturales sino de unas motivaciones que son las que acaban dotando de fuerza a los personajes implicados.

Como bien sabréis los que hayáis disfrutado de los dos juegos principales que componen el universo Half Life, siguen quedando muchas incógnitas al respecto de quién anda detrás de todo lo acontecido (la verdadera identidad de G-Man y su verdadero papel) y cuál será el verdadero final de la aventura de Gordon Freeman, el cual, al ser tanta la expectación y la exigencia autoimpuesta por parte de Valve, no es que haya sido postpuesto en varias ocasiones, es que ni siquiera ha llegado a ser anunciado oficialmente en ningún momento aunque tengamos la certeza de que acabará llegando algún día.

Mientras tanto, en la industria del cine siguen sin atreverse a dar el paso de trasladar a la gran pantalla la, para mí, principal epopeya de la historia del videojuego. Gary Newell, creador de Half Life, ha frenado en multitud de veces las especulaciones al respecto de la adaptación y continuación de la historia. Al menos contamos con la certeza de que, en el caso de ambas, la búsqueda del mantenimiento de la excelencia lograda con anterioridad, es el principal freno para la adaptación y la principal motivación para su continuación.

Y si no pueden mejorar lo ya hecho, que no nos toquen a Gordon Freeman. Los que le tendremos siempre en el recuerdo nunca perdonaríamos un traspiés.

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Comentarios

  1. Comentario by ¿Te gusta Hollywood? ¿Te gusta la bolsa? Prueba HSX - julio 24, 2013 09:00 am

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