Experiencias míticas

Los mejores diseños del año sobre dos ruedas, las motos deseadas

Hace unas semanas escuchaba con atención una de las mejores entrevistas de la temporada, por entrevistador y por entrevistado. Jamie Robinson, ex-piloto y amante del motociclismo, se citaba con Miguel Galluzzi, extraordinario diseñador responsable de la apariencia de joyas como la Ducati Monster o la Aprilia RSV4. “Está el diseño, y luego está el diseño con alma” sentenció el argentino. Con esta frase rebotando en la cabeza repasamos algunas de las líneas más sensuales y cautivadoras que se han visto en una moto durante los últimos 12 meses.

Por desgracia para la industria de la moto la originalidad y la innovación se ha perdido en algún punto de las últimas décadas. En la actualidad lo que más se valora es la ficha técnica de la máquina para poder compararla con sus rivales de segmento. Un juicio simplón y sin sentimiento que ningún amante del motor debería tener la tentación de hacer. Convencido de que la moto es uno de los vehículos que más feliz y libre te puede hacer sentir he seleccionado un puñado de ellas que, en mi opinión – de forma totalmente subjetiva –, han sabido expresar de mejor manera una filosofía de vida.

The Bomb Runner

Fruto de los genios taiwaneses de Rough Crafts. Ellos mismos se describen como profesionales especializados en el diseño, las motos y el arte… y todo a la vez. De sus palabras entendemos que cada pieza que sale de sus instalaciones es una obra de arte, y no un simple vehículo.

No obstante, la moto no es un lienzo y su objetivo final es el de divertir. La Bomb Runner ha sido fabricada a mano a partir de de una Harley-Davidson Forty-Eight 1200. Destaca por encima de todo la sensación de limpieza que transmite, alejándose de la tozudez americana, pero que al mismo tiempo refleja el estilo guerrilla de la casa asiática. Es además una mezcla de lenguajes custom; café racer, bobber y street fighter. Todo en uno.

The American

Recesión. Crisis. Caos… Estados Unidos está tocado. Cuando todo esto comenzó Deus Customs y Michael Woolaway se pusieron manos a la obra para demostrar que, pese a la adversidad, es posible salir adelante. The American es un proyecto que ha contado con el máximo número de componentes fabricados en los Estados Unidos, promoviendo la industria nacional y el patriotismo.

Chasis firmado por C&J, motor HD, horquilla delantera Buell, suspensión trasera preparada a mano por Works Perfomance Products, tacómetro Motogadget… todo en ella respira banderas y estrellas, pero sin haber caído en lo rimbombante y excesivo.

Sportster 1944

Esto es una Bobber en su mejor – que no máxima – expresión. Es, para entendernos, la custom que llevarían los personajes de Mad Max si tuvieran el sentido del gusto un poco más desarrollado. Esta Sportster 1944 no supone ningún tipo de revolución pero es un buen ejemplo de trabajo bien hecho. Es un proyecto personal de Dan Kocka, un electricista de Chicago, que no contaba con los a veces astronómicos recursos de grandes firmas.

Dan puso ese nombre a esta moto de corazón y chasis HD por el año en el que nació su padre, motero en el cielo de la vieja escuela que bien inculcó la filosofía en su retoño. Su aspecto retro y antiguo no fue, en principio, voluntario, sino producto del efecto del óxido. Sin embargo, supo convertir una característica negativa en el principal exponente de su personalidad.

El tono sepia predominante esconde componentes tan conocidos como los frenos Brembo; no es de extrañar que su comportamiento en carretera esté a la altura de su aspecto exterior.

The Rumbler

Luis Font, editor de Motorpasión Moto, rescató el verano pasado las fotografías de una sencilla preparación sobre la base de Triumph Scrambler. Este concepto, el Scrambler, es quizás el que mejor pueda resumir los pilares en los que se basó el motociclismo de hace décadas. The Rumbler es una adaptación del modelo británico a cargo de LSL y Jens vom Brauck para hacerla más propicia a terrenos complicados.

El punto de esta preparación reside en la sencillez de la misma, apenas unas cuantas piezas para soportar de la mejor manera posible los continuos “meneos” típicos de la conducción off-road. Por otra parte, su geometría y configuración hacen posible y entretenida también la conducción sobre asfalto. ¿Qué más se puede pedir? O dicho de otra forma, ¿qué te puede parar con algo así?

BMW RS09 Café Racer

Algunos pensaréis que me he vuelto loco, ¿cómo se me ocurre poner esta? ¡con la cantidad de preciosidades que hay por ahí sueltas!. Tengo mis razones. Esta BMW RS09 Café Racer sigue unas líneas extraordinariamente chocantes a las previstas. Si alguien te dice que vas a ver una K100R de 1986 esperas de todo menos esto.

Es por eso que se ha ganado estar en este humilde top. Una café racer con el aspecto de haber salido de un volumen de Akira, y es que la pauta marcada recuerda mucho a los dibujos y bocetos de artistas que “imaginaban el futuro” allá por los años 80.

Es obra de un aficionado holandés que ha pegado un impresionante lavado exterior e interior a un mito de las dos ruedas.

Yamaha T-MAX by Roland Sands

Como parte del reto “Hyper modified” de Yamaha, Roland Sands se sacó una espectacular versión del popular maxi-scooter. Roland ha dejado al T-MAX en los huesos regalándole una nueva personalidad basada en el dirt trick, en la elegancia y en lo artesanal.

Decía Miguel Galluzzi, en la misma entrevista que comentaba al inicio, que las motos actuales llevan una inservible e ingente cantidad de plástico como componentes. Visto el resultado, el preparador californiano parece tener la misma opinión al respecto y lucha contracorriente para mantener esa filosofía en el mercado.

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