Experiencias inolvidables

Desenfreno en Las Vegas

Se trataba de una de las paradas marcadas con una estrella en mi ruta por Estados Unidos el pasado verano. Viajando durante horas desde Tijuana en un coche alquilado con un grupo de amigos mexicanos, llegué por fin a Las Vegas. No me percaté de la presencia de la ciudad en el desierto hasta que no estaba casi dentro y las luces empezaban a bombardearme los ojos.

Como todos, fui pensando que  todo eran mesas de póquer, ruletas, blackjack y tragaperras; nos equivocamos. Apenas pisé un segundo la habitación del hotel para dejar las maletas porque las farolas ya pronosticaban que estaba cerca de comenzar lo más divertido de la ciudad, la noche. Entonces, un pensamiento invadió mi mente, ¿cómo aguantaré sin gastar los 100 dólares que llevo encima?

Alberto

Alberto Bernabé Sáez salió de un pequeño pueblo al norte de Madrid con hambre comerse el mundo pero acabó estudiando medios interactivos en la Universidad Rey Juan Carlos. Amante de los viajes cuando el tiempo y la riqueza se lo permite, comenzó a publicar tocando diferentes temas desde los videojuegos y las telecomunicaciones hasta las políticas sobre la red. Con el tiempo, el destino y la vocación le llevaron a Twitter y otras tantas redes sociales, sector del cual hizo su pasión y acabó escribiendo sobre ellas en Genbeta Social Media.

Me prometí a mi mismo que resistiría a los encantos del juego, pero sucumbí. Es difícil resistirse a la tentación de perder unos cuantos billetes en una ciudad histórica, y es que cada casa de juego se convierte en única. Es entrar a un casino y  recrearte con la sensación de estar en un parque de atracciones que nunca duerme, siempre dispuesto a que en un descuido abras la cartera.

Escuchar el sonido ambiente del dinero fluyendo es motivo de más para visitarlos todos. Si bien alguno no rebosaba glamour tenía otros atractivos en forma de montaña rusa o espectáculos de sensualidad y magia a cargo del mismísimo David Coperfield. Recorrí una veintena de ellos que representaban ciudades míticas, lujos imposibles y fantasías de libro.

Las altas horas me llevaron a saborear el olor a clásico que tiene Old Las Vegas, donde nació todo. Allí siguen los primeros casinos y ese aire de locura incontrolable que hicieron famoso al lugar. No me conformé con ver algunas de esas imágenes de película que se te quedan en la retina, sino que no me permití volver al hotel hasta que comprobé con mis propios ojos que es cierto que un tipo vestido de Elvis se ofrecía a casarme.

Tocaba volver sobre mis pasos saboreando la misma avenida. La ciudad todavía me gritaba que la noche es larga; y lo fue. Quedé para el arrastre cuando amenazaba el sol. Misión cumplida.

Comentarios

  1. Comentario by Volar a 100 kilómetros hora sobre el agua - octubre 27, 2011 07:24 am

    [...] En 1001 Experiencias | 40 días en el Atlántico: una odisea con olas de 6 metros y un samurai En 1001 Experiencias | Desenfreno en Las Vegas [...]

    Responder  
  2. Comentario by NBA en estado puro, así se vive un partido de Los Ángeles Lakers - noviembre 18, 2011 11:15 am

    [...] En 1001 Experiencias | Baños termales al aíre libre en Japón, un placer de otro mundo En 1001 Experiencias | Desenfreno en Las Vegas [...]

    Responder