Así como cada uno somos de un equipo de fútbol concreto, nos gusta un estilo de música, unas pelis, y hasta un tipo de cerveza característico distinto, con las mujeres igual. Jessica Alba es uno de esos tipos que tienen una imagen determinada de cara al exterior. De monovolumen aparcado en la puerta del acogedor chalet situado en un plácido jardín con dos o tres hijos correteando con su perro.

Jessica Alba es muy del perfil de Katie Holmes, solo que por suerte, la californiana no tiene a un piloto con zancos de taquilla fácil como pareja. El resto, podrían ser carreras paralelas. Con un estallido de popularidad gracias a una serie como Dark Angel tras pasearse por distintos papeles de menor tirón.

Una mujer de 31 años, de físico espectacular, nombrada por cualquier revista y hombre con dos dedos de frente como una de las más deseadas del planeta al tiempo que no deja de preocuparse por el sandwich de manteca de cacahuete que tomarán sus hijos tras un duro partido de soccer con sus amigos de polos rosas y cuellos blancos subidos a los tres años.

Y como Katie Holmes, a tanta perfección, hija, nieta, sobrina o nuera modelo no le falta ese toque provocativo con el cual la niña buena se transforma durante dos minutos en una bailarina para Frank Miller y su ‘Sin City‘. Ahora, en su cabeza no sonaba ninguna tonadilla subida de tono, más bien sonaba ‘El Danubio Azul‘. Jessica Alba baila en barra al ritmo de vals.

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