Se acaba de estrenar en los USA ‘After Earth’, la última película dirigida por M. Night Shyamalan, protagonizada por la superestrella Will Smith, y supone su primer fiasco en suelo estaodunidense en años. A la espera del mercado internacional, que suele ser más justo, no creo que ponga en peligro a uno de los principales príncipes de la taquilla mundial. Parecía mentira cuando le veíamos como protagonista central en aquella serie ambientada en Bel Air, soportable hasta cierto punto y que brillaba en sus secundarios y las delirantes situaciones que provocaban. Pocos creíamos que el actor aguantaría la mayoría de sus tics cuando saltó a la fama cinematográfica dando vida a un policía rebelde o un militar que luchaba contra una invasión alienígena en ese placer culpable que es la película de Roland Emmerich.

Por aquel entonces ya estaba disponible en vídeo la que probablemente sea la mejor película del impersonal Fred Schepisi, ‘Seis grados de separación’ (‘Six Degres of Seaparation’, 1993), cuya historia giraba en torno a la influencia de un libro como ‘El guardián entre en el centeno’ y nos descubría a un Smith pletórico sin desmerecer al lado de nada menos que Donald Sutherland e Ian McKellen. Consciente de su carisma Smith da el tipo perfectamente en sus films de acción, aunque de sus comedias nos podemos olvidar sin problema. Como héroe me lo creo sin demasiado esfuerzo, incluso como ángel personal en la película más rara firmada por Robert Redford. De repente un día aparece alguien llamado Michael Mann y le cede en bandeja la oportunidad de ser nominado al Oscar.

Smith lo da todo en sus papeles dramáticos y una segunda nominación a la dorada estatuilla aparece cuando un director italiano de cierto renombre le dirige en una historia sobre un padre luchador que estaría más de actualidad ahora que en el 2006. La famosa secuencia del ofrecimiento de trabajo habla por sí sola: Smith sabe intepretar, hacerse con un personaje y ganarse al público. Repite proeza en ‘Siete almas’ (‘Seven Pounds’, Gabriele Muccino, 2008), y se retira durante cuatro años para volver a la carga con un montón de proyectos, entre ellos el muy apetecible film de Shyamalan que llegará a nuestros cines el 28 de junio. De nuevo un padre guiando a su hijo esta vez en un mundo muy diferente al actual.

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