Experiencias míticas

Robert Downey Jr., un actor de hierro

Los gatos españoles tienen siete vidas. Como la mayoría de gatos europeos y los de casi todo el mundo. En Inglaterra y Estados Unidos la cosa cambia: ahí los gatos tienen nueve. Sean de aquí o de allá, ningún gato tiene ni la mitad de vidas que el protagonista del post de hoy: Robert Downey Jr. A resurrecciones, regresos y venidas, nadie le gana.

Y es que –Señoras, Señores– estamos ante uno de los grandes, uno de esos tipos cuya biografía cuenta y dice más que su filmografía. Y sí, lo más sencillo es empezar por los dos grandes tópicos que le han perseguido en toda su carrera. El primero, la promesa de ser el mejor actor de su generación. La segunda, la realidad de parecer un politoxicómano sin remedio. Porque mientras no era difícil ver en Errol Flynn o Peter O’Toole una cierta joie-de-vivre en sus adicciones, el enganche de Robert Downey Jr. con las drogas era otra cosa, algo más oscuro. No tanto como el desmadre sin límite de John Belushi o la tortura de Monty Clift, eso es verdad. Porque a Downey Jr. se le adivinaba lo que Richard Attenborough le anunció en el set de ‘Chaplin’ (1993): Algún día tu ambición superará tus impulsos. Ese día encontrarás tu camino. Su tiempo le llevó. Más de 20 años. Dos décadas en las que el segundo tópico oscurecía el primero y, al mismo tiempo, nos confirmaba que estábamos frente a alguien hecho de otra pasta. Robert Downey Jr. estaba hecho de hierro.

El próximo 3 de mayo se estrenará en Estados Unidos ‘Iron Man 3’, la tercera entrega de la primera de las tres franquicias de Robert Downey Jr. (las otras dos son ‘Sherlock Holmes’, de la que no hay confirmada nueva cinta, y ‘Los Vengadores’, claro). Comercialmente, una barbaridad. El sueño de todo representante, mánager, agente. Si hay algo que Hollywood quiere más que una saga que le llene los bolsillos son tres sagas. Los regresos también gustan. Especialmente aquellos con final feliz, preguntad a Mickey Rourke, preguntad. Por cierto, ¿Os he dicho dónde vi por primera vez a Downey Jr. de protagonista? Fue aquí:

‘El cazachicas’ (1987), una comedia que, si no te fijabas mucho, parecía de John Hughes, aunque no lo era. En los créditos Downey Jr. aparecía detrás de una de las mayores estrellas de los 80, Molly Ringwald. Antes de esta romcomteen, Downey Jr. era carne de secundarios, ya fueran malos (‘La mujer explosiva’) o el amigo rarito del hijo de Rodney Dangerfield (‘Regreso a la Escuela’, con Keith Gordon, otro desaparecido de los 80). Pero no. Aquí no voy a repasar ni sus orígenes –es hijo del cineasta underground Robert Downey, debutó en el cine interpretando un cachorro y estudió danza en Londres– ni su vida personal –acaba de ser padre, es persona non grata en Japón y supo cortar a tiempo con Sarah Jessica Parker– o su filmografía –es el único actor en ganar un premio por encarnar a Sherlock Holmes… en el cine–. Vamos a hacerlo todo a la vez. Tres veces.

1. Le gusta dar la nota

Lo siento. No aguanto ‘Ally McBeal’. Y a Sting menos. Pero la escena tiene su gracia porque hay distintas historias asociadas a ella. La primera, la amistad entre Downey Jr. y Sting. Como le contó a Graham Norton, Downey Jr. conoció a Sting cuando era un camarero en Nueva York. Antes había trabajado vendiendo ropa pero le echaban siempre cuando se daban cuenta que, en realidad, lo que hacía era llevársela a casa sin pagar. A principios de los 80, Downey Jr. vio como Sting entraba en su café y pedía una taza de te. Se lo llevó y se quedó, de pie, a su lado, esperando a que terminara para llevarse la taza. ‘Estoy bien’, dijo Sting. A lo que Downey Jr. entendió ‘Vamos a ser íntimos amigos’. Y  lo fueron. El principio de la amistad fue raro. Su desarrollo no tanto: Sting contribuyó a que Downey Jr. se atreviera a sacar su disco –The Futurist– y accedió a realizar este cameo en ‘Ally McBeal’, una de las primeras resurrecciones de Downey Jr. Corría el año 2001 y parecía que este regreso, saludado con una ovación en pie cuando recogió el Globo de Oro al Mejor Actor Secundario en una Serie de TV, era el definitivo. Craso error. Poco antes, en noviembre del 2000, un chivatazo hizo que la policía le encontrara en Palm Springs con cocaína y metanfetamina. Meses después de ganar el Globo de Oro, en abril, fue detenido cuando vagaba, colocado hasta las cejas, por el patio trasero de una casa de Los Ángeles que no era la suya. Le despidieron de la serie (¡Hurra!) y encarcelado. En un día de permiso aprovechó para rodar esto:

2. Dos pájaros y muchos tiros

Si habéis llegado aquí después de superar a Sting y a Elton John creo que os merecéis otra disculpa: ‘El detective cantante’ en cine no le llega a la suela de los zapatos a la serie de TV. Lo sé. Pero ver a Katie Holmes engrasar a Robert Downey Jr. es un guilty pleasure retorcido. Lo interesante del caso es ver cómo esta serie B pone en primera página la amistad entre el niño malo de Hollwyood de los 90 y el viejo cascarrabias del siglo XXI. Mel Gibson y Robert Downey Jr. El australiano acudió al rescate de su colega dándole un papel difícil en una cinta aún más difícil para la que Downey Jr. tuvo que pasar controles toxicómanos diarios y Gibson pagar de su propio bolsillo el coste del astronómico seguro que cubría a su fichaje. No fue el detonante del regreso por la puerta grande, pero sí el primer paso para lograrlo. Downey Jr. se lo agradeció el año pasado cuando reclamó, en una entrega de premios, que ya era hora que Hollywood perdonase a Mel Gibson. Que si él había merecido su perdón, por qué no Mel. Da que pensar que esta amistad a prueba de bombas surgiera en el rodaje de otra peliculita menor: ‘Air America’ (1990).

 3. Mister Kiss Kiss Bang Bang

Otra casualidad: que la escena para ilustrar ‘One Night Stand’ (Mike Figgis, 1996) reúna a Downey Jr. con otro prófugo de la justicia como Wesley Snipes. Robert Downey Jr. consiguió este papel después de presentarse dos horas tarde al encuentro que tenía programado con Mike Figgis. Lo hizo descalzo y llevando una escopeta. El título del punto, no obstante, hace referencia al apodo con el que un periodista italiano bautizó al James Bond de Sean Connery y también a la cinta que, esta vez sí, supuso el ultimate coming de Downey Jr, ‘Kiss Kiss Bang Bang’ (2005). ¿Su director? Shane Black, realizador y guionista de ‘Iron Man 3’ y responsable de los guiones de la saga ‘Arma Letal’, ‘El último , que supo darle el último empujón al último hombre de hierro de Hollywood.

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Comentarios

  1. Comentario by El nombre es Craig, Daniel Craig - octubre 31, 2012 09:57 am

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  2. Comentario by Cita en Casablanca - noviembre 27, 2012 08:00 am

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  3. Comentario by CarWarez.Com » Cita en Casablanca - noviembre 27, 2012 08:08 am

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