Experiencias míticas

Yo juego de portero-delantero

-Tú te quedas de portero.
-Vale, pero de portero-delantero.

Este diálogo era habitual en los partidos de nuestra niñez, jugados en el patio del colegio o en un improvisado terreno de juego en mitad de cualquier calle poco transitada, con nuestras carteras delimitando las porterías. A nadie le gustaba quedarse guardando la puerta mientras el resto corría detrás del balón como pollos sin cabeza, así que nos acogíamos a esa posición inventada que nos permitía participar de la diversión con los demás. La cosa solía terminar mal, claro. Los jugadores contrarios aprovechaban la portería inevitablemente descuidada para marcar, mientras el equipo que había encajado el gol se comía a su portero-delantero. La respuesta de éste era inapelable: “ponte tú”.

Crecimos y nos dimos cuenta de que en el fútbol profesional no había sitio para el portero-delantero. En el fútbol de verdad los porteros eran gente muy seria que a duras penas se aventuraban más allá del área. Pero de vez en cuando aparecía, procedente de Sudamérica normalmente, algún loco que recuperaba nuestra infancia. “Tranquilos, yo juego de portero delantero”, parecía decir.

René Higuita, el hombre-escorpión

A Higuita lo descubrimos en el Mundial de Italia de 1990. Formaba parte de aquella generación colombiana que maravilló al mundo futbolero en la primera mitad de la década de los 90, junto a Valderrama, Freddy Rincón, Faustino Asprilla, el Tren Valencia y el malogrado Andrés Escobar. Entre todo aquel grupo, Higuita llamó la atención por su elasticidad bajo los palos, pero también por su llamativa imagen y sus excentricidades. En una época en que los porteros se limitaban a quedarse entre los tres palos (aún la FIFA no había instaurado la norma que prohibía la cesión al meta, que aparecería en 1992), Higuita se caracterizaba por sus frecuentes excursiones fuera del área, participando en el juego como un futbolista más y lanzando faltas y penaltis. Como sucedía en el patio del colegio, un balón perdido por él en el centro del campo desembocó en el gol del camerunés Roger Milla que supuso la eliminación del equipo colombiano en los octavos de final del Mundial 90.

Años más tarde, en un amistoso contra Inglaterra en Wembley, en vez de atajar un balón que se dirigía a su arco, lo despejó de tacón lanzando su cuerpo hacia delante en una posición acrobática. Aquella jugada pasaría a la historia con el nombre de “el escorpión”.

Jorge Campos, portero y delantero

En el caso de Campos, lo de portero-delantero no es una simple expresión, sino un hecho. El jugador mexicano ocupó la posición de delantero durante muchos partidos, llegando a anotar un golazo de media chilena con la camiseta del Atlante, aunque fue defendiendo la portería de la selección de México como saltó a la fama en los años noventa. Su menuda figura (medía solamente 1,68), su llamativa indumentaria, siempre varias tallas por encima de lo necesario, y su afición a sumarse al ataque lo convertían en un guardameta nada usual. Si ha existido en la historia del fútbol un portero opuesto a Yashine, la mítica y sobria Araña Negra, ese ha sido sin duda el mexicano Jorge Campos.

José Luis Chilavert, el portero que marcó un hat-trick

Elegido en tres ocasiones como mejor portero del año por la IFFHS, probablemente sea el paraguayo Chilavert el mejor de toda la nómina de porteros goleadores. Especialista en penaltis y tiros libres, Chilavert llegó a marcar un hat-trick en un partido contra Ferrocarril Oeste con la camiseta del Vélez Sarsfield. Jugó 74 partidos con la selección de Paraguay, marcando ocho goles. El más famoso de ellos lo logró contra Argentina, en la fase de clasificación del Mundial 98. También fue el primer portero en animarse a lanzar una falta directa en una fase final de un Mundial. Sucedió en Francia 98 y el guardameta búlgaro Zdravkov se tuvo que emplear a fondo y meter la mano impedir el gol.

Toni Prats, el Chilavert español

Se puede considerar al exguardameta de Mallorca, Celta, Betis y Hércules como el Chilavert o el Higuita español, aunque sus cifras son mucho más modestas. Prats gustaba de lanzar los tiros libres y fue el primer portero en convertir una falta directa en la Primera División española, marcándole al Atlético de Madrid en la temporada 1999/2000. Teniendo en cuenta que Chilavert había jugado en el Zaragoza a finales de los años ochenta, la cosa tiene su mérito. Poco después, aquella misma temporada, consiguió marcarle un gol al Real Madrid, con Iker Casillas bajo los palos.

José Francisco Molina, extremo por un día

La aparición de Molina puede rechinar en esta lista de metas excéntricos y goleadores. Él no era un guardameta que hiciera rarezas ni pateara tiros libres, aunque sí fue de los primeros en dominar el juego de pies y actuar a menudo casi de hombre libre. Si el ex de Atlético y Dépor aparece aquí es por una anécdota ocurrida en un partido internacional con la camiseta de España.

La selección jugaba en abril del 1996 un amistoso contra Noruega en Oslo cuando, a mediados del segundo tiempo, se lesionó el central López. Como ya habían ingresado en el césped los cuatro jugadores de campo presentes en el banquillo, Javier Clemente introdujo a Molina en la posición de extremo izquierdo. Tuvo incluso ocasión de disparar a portería, pero su lanzamiento salió rozando el palo. Aquel fue el debut internacional de Molina, que jugaría otras ocho veces con España, todas ya entre los tres palos.

Dimitar Ivankov, la nota exótica

Entre tanto portero sudamericano, Dimitar Ivankov pone la nota exótica en la nómina de porteros goleadores. El búlgaro fue lanzador de penaltis en todos los equipos en que estuvo, tanto en Bulgaria como en Turquía. Se retiró en 2011 con 42 goles marcados en su carrera, todos ellos desde los 11 metros.

Rogerio Ceni, el recordman

El brasileño Rogerio Ceni ha sido el sucesor de Higuita, Chilavert y Campos, el último de una estirpe de porteros sudamericanos con tanta (o más) pasión por marcar en el área contraria como por defender la propia. Especialista en lanzamientos de falta y penaltis, Ceni, aún en activo con 40 años, ostenta el récord histórico de goles de un guardameta, con 109 tantos, por delante de Chilavert (62), Ivankov (42) e Higuita (41).

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Comentarios

  1. Comentario by Yo juego de portero-delantero - abril 03, 2013 05:44 pm

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  2. Comentario by Ganó Abidal - abril 09, 2013 09:56 am

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  3. Comentario by Mucho fútbol y unos cuantos kilos de más - 1001 Experiencias - Men Expert de L'Oréal - noviembre 29, 2013 12:52 am

    […] que se abandonó tras la retirada fue José Luis Chilavert, el portero paraguayo famoso por lanzar faltas y penaltis. Nada comparable, en cualquier caso, a lo de Winston Bogarde. El día que me crucé con una foto […]

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