Experiencias inolvidables

La comedia americana, esa enferma terminal

El reciente estreno de la horripilante ‘Juerga hasta el fin’ (‘This is the End’, Evan Goldberg & Seth Rogen, 2013) ha vuelto a poner de manifiesto —al menos en la opinión del que esto suscribe, claro está— que la comedia americana, esa que durante tantas décadas nos hizo llorar de la risa en no pocas ocasiones, tiene una enfermedad y, por una razón u otra, no ha sabido encontrar la cura para la misma, entrando en los últimos años en una fase terminal que, si nadie lo impide, terminará por acabar con ella.

Quizás estéis pensando que me paso de agorero y que las cintas que se estrenan últimamente del otrora espléndido género siguen haciendo las delicias de un sector bastante grande del público. Y no os equivocariáis, al menos en lo segundo: cierto es que las taquillas norteamericanas —que son las únicas que les importan a las productoras estadounidenses, no nos engañemos— siguen haciendo caja con estupideces del calibre de la citada ‘Juerga hasta el fin’ o la aún más idiota ‘Niños grandes 2′ (‘Growns Up 2′, Dennis Dugan, 2013), pero si alguno tiene los reaños de decirme que estos dos títulos, o cualquiera que se haya estrenado en los últimos cinco años ya que estamos, juega en la misma división que cualquier comedia de Billy Wilder, que tenga lo que hay que tener para levantar la mano.

¡Ay Billy, cuánto te echamos en falta!

Y si parezco un abuelo cascarriabas tirando del cine clásico es por un sencillo motivo: había mucha más comedia en dos líneas de diálogo de ‘Uno, dos, tres’ (‘One, Two, Three’, Billy Wilder, 1961), en el prólogo de ‘Historias de Filadelfia’ (‘The Philadelphia Story’, George Cukor, 1940), en las miradas entre Clark Gable a Claudette Colbert en ‘Sucedió una noche’ (‘It Happened One Night’, Frank Capra, 1934) o en el rostro de pasmarote de Peter Sellers en ‘El guateque’ (‘The Party’, Blake Edwards, 1968) o, para el caso, en cualquier cinta de Woody Allen, que en todas las sandeces con ínfulas de cine de autor que Judd Apatow y sus acólitos llevan tratando de vendernos como la “nueva comedia americana” desde que el realizador iniciara su andadura con ‘Virgen a los 40′ (‘The 40 Year Old Virgin’, 2005).

No es que quiera demonizar al cineasta y hacerlo responsable directo del pésimo momento por el que pasa el género al otro lado del charco, pero lo cierto es que todo lo que nos llega últimamente de tierras yanquis o bien está apadrinado por él, o bien se acopla de forma más o menos evidente a los cánones de su cine y, si no encaja en ninguna de las dos opciones anteriores, es un subproducto construido a base de chistes soeces que sólo hacen gracia a los más peques —hay que admitirlo, la caca, las ventosidades corporales y el slapstick seguirá funcionando siempre con la chavalería— o enhebrado mediante pasadas de rosca escritas bajo los efectos del alucinógeno de turno. En lo que a los adultos respecta, creo que el párrafo anterior lo ha dejado muy claro: si quieren ver comedias que no os traten como a críos recién destetados o fumetas de tres al cuarto, la salvación está en los clásicos.

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Comentarios

  1. Comentario by Terminal? - septiembre 05, 2013 06:46 pm

    Desde el 2000:
    Rocket science
    The royal tenebaums
    Moonrise kingdom
    Greenberg
    Zoolander
    The station agent
    Win Win
    Happiness
    Storytelling
    Juno
    Young adult
    Little miss sunshine
    Sideways
    American splendor
    Adaptation
    Being John Malkovich
    The kids are all right
    Whatever Works
    Midnight in paris
    Super
    Cyrus
    The hangover
    Stepbrothers
    50/50

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  2. Comentario by El espía que siempre amé - septiembre 06, 2013 08:35 am

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  3. Comentario by Javitxu - septiembre 08, 2013 11:51 pm

    “Juerga hasta el fin” es una comedia espléndida, pura comedia gamberra. No hace falta ser un adolescente para disfrutarla, pero ocurre con su pléyade de cómicos lo que ocurría, salvando las distancias con Jerry Lewis o más recientemente con Jim carrey. Su humor no está basado en la finura del guion, si no en el timing y en la conexión empática del espectador con los comediantes.
    Es este un humor más parejo al gamberrismo de Will Ferrell, un humor que puede parecer idiota, pero que está imbuido de una mezcla entre lo cotidiano y lo grotesco que lo hace infinitamente superior a otras idioteces sin alma con las que podría comparársele tipo Scary movie o las secuelas de la saga American Pie.

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