Hace unos días descubrí un tipo que, de momento, sólo me ha dado alegrías. Se llama Adam Riemann, es australiano y desde muy pequeño se dedicó a explorar la bellísima expresión de la naturaleza que rodea Oceanía. Encontró en las dos ruedas la mejor manera de acercarse a ella y gracias a unas aptitudes envidiables comenzó a dedicarse profesionalmente, con grandes actuaciones en campeonatos de enduro. Adam es además editor del magazine australiano de off-road, Dirt Action, director de su propia compañía, Motology Films, fotógrafo y escritor. Que un tipo como Adam tenga a su disposición un equipo decente de fotografía y vídeo y sepa, además, utilizarlo, es un verdadero regalo para nosotros, los aficionados. Porque gracias a ello hoy podemos disfrutar del viaje de 4.500km en el Himalaya y sus alrededores.

Fue una aventura muy distinta a la que los exploradores tradicionales nos tienen acostumbrados, y es que la búsqueda de patrocinadores que financien un viaje de meses, e incluso años, es en demasiadas ocasiones la tarea principal. Encontrar una fábrica que esté dispuesta a cederte una moto sin coste alguno, otra marca para que te mande neumáticos allá donde lo necesites, alguien que se encargue de aportar equipamiento y ropa de calidad, conexión a internet etc… Todo ello, al final, desenfoca el espíritu de aventura: “momento epifánico patrocinado por bordados Rodríguez, tus bordados”.

Adam le dio un toque de verdadera aventura… en vez de apoyarse en marcas como BMW, KTM o Triumph, cuyos modelos más populares en esto de los viajes superan con creces los 15.000 euros, se hizo con una de las motos populares en India, una Hero Impulse 150. Una off-road en la que la tecnología y calidad de componentes brillan por su ausencia y que se puede adquirir, nueva, por menos de 1.000 euros.

La hazaña fue recogida en vídeo durante el verano de 2012 destacando por ser un ejemplo de viaje con lo mínimo. Y es que vivir la experiencia de tu vida está, a veces, más cerca de lo que imaginas. ¿Te hace falta gastar 20.000 euros en una moto? Mejor gastar 900 en una moto, 1.000 en los billetes de avión y el resto en disfrutar: la aventura es low-cost y está a la vuelta de la esquina.

Extra, la carretera del vértigo

Fotos vía | Adam Riemann
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